En botánica, una planta de guía o guiadora es la especie cuyos tallos elongados y delgados no se sostienen por sí mismos.Se incluyen en este grupo ecológico las plantas cuyas hojas son el raquis guiador y el tallo un rizoma.Las llamadas trepadoras necesitan un soporte para encaramarse: otra planta, un muro, una pérgola, etc. Para ello deben haber evolucionado con órganos de fijación, como zarcillos, ganchos (uncinos) o raíces adventicias que funcionan como pads adhesivos, o son los propios tallos los que se enroscan alrededor del soporte, llamándose entonces voluble.Entre las plantas guiadoras se encuentra Vicia faba (habichuelas), que debe su rápido crecimiento a su habilidad de enredarse.En las decumbentes, la planta es postrada salvo en el ápice o punta del tallo, que se eleva mirando hacia arriba, como en Cucurbita.Otros mecanismos de reparación incluyen la presión desde la raíz y el rellenado desde el parénquima xilemático circundante.Las cucurbitáceas cultivadas son anuales o perennes geófitas, por lo que sólo serán visibles durante el verano, las vitáceas cultivadas son de tallo leñoso que después de perder las ramas verdes se mantiene en la pérgola todo el invierno.Se pueden clasificar según varios criterios: perennes - anuales o bianuales, siempreverdes - caducifolias, etc.La división tradicional hace foco en las características de sus tallos, agrupándolas en herbáceas, y trepadoras leñosas o lianas.De este modo, las trepadoras que han logrado asirse a ellas se desprenden y caen junto con las hojas muertas.
El helecho trepador,
Lygodium
, el ejemplo de plantas con raquis guiador.
El potus (
Epipremnum
) no tiene crecimiento secundario ni leñosidad, sin embargo se mantiene como herbácea perenne en las regiones de clima tropical sin estacionalidad de las que es originario. No posee órganos reservantes.