Cucurbita

Su hábito es de plantas guiadoras enredaderas por zarcillos (ausentes en algunos cultivares), rastreras y trepadoras.

[3]​[2]​[1]​ Cinco de ellas (Cucurbita ficifolia, C. argyrosperma, C. moschata, C. pepo y C. maxima) fueron domesticadas independientemente.

[5]​[6]​ Desde América, los frutos y las semillas de las variedades cultivadas fueron llevados a otros continentes, en donde son cultivadas desde hace centurias en diversas regiones climáticas, desde zonas templadas más frescas hasta los trópicos.

[14]​ Algunas plantas puede informarse que tienen tallos "geniculados" o en "zig zag",[17]​ esto es porque cuando las guías crecen en forma vertical por el peso de las hojas los tallos ya aferrados al soporte terminan de elongarse con esa morfología.

[18]​ Las cruzas espontáneas entre especies son poco comunes, si bien ocasionalmente se detecta algún híbrido intraespecífico en las landraces, sobre todo en México.

Los intentos de introgresar caracteres deseables entre especies han sido bastante variables e incompletos.

Los estudios moleculares que se citan como los más relevantes hasta la fecha son Wilson et al.

(2013)[32]​ utilizaron 4 loci cloroplastídicos (rbcL, matK, trnL-F, rpl20-rps12) siguiendo a Kocyan et al.

No fue conocido en el resto del mundo hasta la llegada de los españoles.

En C. moschata los ancestros parecen extintos, las demás especies poseen variedades silvestres (mapa).

Cucurbita moschata es la especie más importante hoy en día en la cuenca del Mediterráneo y en zonas tropicales de latitudes bajas.

Cucurbita argyrosperma se dispersó poco, hay algunas especies en Perú y en Argentina.

Millán sugiere que en Argentina los nativos pueden haber domesticado la especie Cucurbita maxima para consumir el fruto a partir de formas silvestres no amargas.

La calabacita de las variedades silvestres solo puede ser quebrada por megamamíferos y roída por roedores, se cree que los dispersores primarios en América donde el género se originó se extinguieron luego del Gran Intercambio Americano o al menos hace 10 000 años en la última glaciación,[cita 3]​ pero las variedades silvestres, vegetativamente más pequeñas que las cultivadas,[44]​ se siguen dispersando por la actividad agrícola humana, por corrientes de agua y por roedores que acarrean las calabacitas hasta sus madrigueras y roen la cáscara para consumir sus semillas, en una forma de dispersión secundaria cuya eficiencia aún no fue estudiada.

Una sexta especie, Cucurbita ecuadorensis, también posee signos de haber sido una domesticada (es una semi-domesticada o feral) y se puede encontrar en la sección correspondiente en su propio artículo.

[3]​[2]​[1]​ El concepto taxonómico que más se maneja en la actualidad probablemente sea el de especie biológica, la comunidad reproductiva, lo que mantiene bajo el número de especies y obligó a clasificarlas subespecíficamente, especialmente para separar las subespecies silvestres y las cultivadas que hibridaban entre sí.

Linneo en Species Plantarum fue quien describió el género y 5 especies dentro de él, 3 de ellas variedades que hibridan entre sí y hoy sinonimizadas con la primera que describió en ese trabajo, Cucurbita pepo (las otras dos fueron las posteriormente transferidas a otros géneros Lagenaria siceraria y Citrullus lanatus).

Al llegar el siglo XX, programas de cultivo comprehensivo fueron bien establecidos en Europa, Norteamérica y Asia.

Desde Rusia, expediciones organizadas para la colecta de plantas fueron enviadas a explorar América del Sur y Mesoamérica, el este de África, India y Asia menor por nuevas razas regionales.

1984,[75]​ Simmons 1986,[76]​ Decker y Newsom 1988[77]​) han sido utilizados para poner el foco en la importancia de Cucurbita pepo en los orígenes y en el carácter de la horticultura norteamericana (Heiser 1979,[78]​ Minnis 1992,[79]​ Smith 1992[80]​).

- Los zapallos domesticados, con su diversidad en los caracteres del fruto, han sido por mucho tiempo de interés para los geneticistas horticulturales (p.ej.

Liberty Hide Bailey, quien exploró Norteamérica en búsqueda de especies silvestres, pasó incontables horas en sus jardines realizando cultivos y experimentos de cruzas y haciendo observaciones sobre variedades domesticadas (Bailey 1902,[86]​ 1929,[87]​ 1937,[88]​ 1943,[89]​ 1948[90]​).

[17]​ El volumen Cucurbits de Robinson y Decker-Walters (1997[51]​) se ha vuelto una lectura obligada en la materia.

Flor de Cucurbita moschata . Es una flor amarilla, campanulada, separada en lóbulos a mitad de camino y no en racimos.
Hoja profundamente lobada, pero no pinatifida, en variedades de Cucurbita pepo.
Corte transversal de pecíolo en Cucurbita maxima.