La escena representa una espléndida mañana, en el amanecer del lago al pie del monte Spluga, que no está envuelto en niebla, pero a veces aún es impalpable, por lo que algunos detalles no están definidos.
En primer plano, hay dos pequeñas embarcaciones, colocadas diagonalmente de izquierda a derecha, en la orilla, vacías.
El poder interpretativo del pintor se traduce en una visión más fantástica que documental, donde la yuxtaposición de colores cálidos (rojo y naranja) y fríos (verde azulado) es más real en el caso de Bazzi, sin el paso del tiempo apresurado, lo que hace que la evocación del crepúsculo sea aún más apasionada.
Este llamado a la realidad sin adornos es otro elemento clave del Verismo en el arte, que busca representar la vida tal como es, sin idealizaciones.
Esta atención a los detalles y la representación precisa de los colores son típicas del Verismo en el arte, que busca capturar la vida cotidiana con gran precisión.