[1] Durante el siglo III el liberto Espurio Carvilio (antes esclavo del cónsul Espurio Carvilio Ruga) decidió agregar un pequeño rasgo al carácter C para formar una nueva letra que representara únicamente al sonido /ɡ/.
Para resolver esta ambigüedad, se creó la letra G añadiendo un pequeño trazo vertical en el brazo inferior de la C. En latín vulgar y en el primer latín clásico, la pronunciación de la C vacilaba entre una /k/ velar (como en casa) y una /k/ palatal (como en quiero).
Esta vacilación velar/palatal fue heredada del latín vulgar a las lenguas romances (español, francés, italiano, etc.).
Por eso, con el tiempo, estos sonidos procedentes del latín vulgar acabaron haciéndose palatales en las posiciones "ce", "ci", "ge", "gi", y se mantuvieron velares en los demás casos.
[6] Ejemplo: Por otro lado: Cuando el alfabeto romano fue introducido en Bretaña, la C representaba solamente el sonido /k/, valor que aún se conserva en los préstamos lingüísticos de todas las lenguas celtas insulares; en galés, irlandés y gaélico escocés, la C representa solo el sonido /k/.
En el idioma normando se usaron la 'K' y la 'C' indistintamente para representar el sonido /k/, independientemente de la vocal que le siguiera.
Así, mientras en inglés antiguo se mantuvieron inalterables palabras como candel, clif, corn, crop, cú, otras como Cent, cæ'ᵹ (cé'ᵹ), cyng, brece, séoce, fueron cambiadas (sin modificación alguna en su pronunciación) a Kent, keȝ, kyng, breke y seoke.
Por ejemplo, en los "Evangelios de Hatton" (Los evangelios canónicos traducidos a sajón occidental), escritos por el año 1160, se encuentran en Mateo i-iii palabras como child o chyld, riche y mychel, traducidas de cild, rice y mycel; palabras del antiguo inglés del que fueron copiadas.
También, en algunas pocas palabras del inglés antiguo, la C fue sustituida por "ts": milce, blecien por miltse, bletsien.
Para el siglo XIII tanto en Francia como en Inglaterra, el sonido /ts/ de la C se desfricativizó a /s/ al anteceder vocales anteriores; como en lance, cent.
En todas las lenguas baltoeslavas que usan el alfabeto latino, así como en el albanés, húngaro, pastún, varias lenguas sami, en el esperanto, ido, interlingua, y en el alfabeto fonético americanista (y en aquellos lenguajes aborígenes de América cuya ortografía deriva de este) se usa la C para representar el sonido /t͡s/, la africada sibilante alveolar sorda o la africada sibilante dental sorda.
Entre los idiomas no europeos que han adoptado el alfabeto latino, la C representa una variedad de sonidos.
En azerí, kurdo, tártaro, y turco la C representa la contraparte de este sonido, una africada postalveolar sonora /d͡ʒ/.
En algunos dialectos del inglés, toma también el sonido /x/, como en loch, (de origen gaélico) donde otros hablantes pronuncian la "ch" como /k/.