Las lesiones por desaceleración casi siempre ocurren durante los impactos a alta velocidad, como los de los accidentes automovilísticos y las caídas desde una altura considerable.
Cuando se produce una desaceleración brusca, la aorta ascendente móvil empuja hacia delante creando un efecto latigazo en el istmo aórtico.
Cuando se produce una desaceleración rápida, el corazón es empujado hacia la parte posterior izquierda del tórax.
[4] En cambio, una lesión en la aorta ascendente podría provocar hemoperricardio y el consiguiente taponamiento o comprimir la VCS (vena cava superior).
Sin embargo, algunos síntomas incluyen dolor torácico intenso, tos, dificultad para respirar, dificultad para tragar debido a la compresión del esófago, dolor de espalda y ronquera debido a la afectación del nervio laríngeo recurrente.
[4] Puede haber signos externos como hematomas en la pared torácica anterior debido a una lesión traumática.
Hay varios términos que se utilizan indistintamente para describir la lesión de la aorta, como desgarro, laceración, transección y rotura.
Este método consiste en insertar un catéter en la aorta e inyectar directamente un medio de contraste.
[4] También puede observarse un casquete apical y un desplazamiento de la tráquea hacia ambos lados del tórax desde la línea media.
[4] Una radiografía de tórax también puede ser útil para diagnosticar problemas posteriores causados por la rotura aórtica, como neumotórax o hemotórax.
[9] El eco transesofágico es útil en pacientes hemodinámicamente inestables, pero la sensibilidad y especificidad de este estudio varía en función del usuario clínico.
Debido al constante riesgo de ruptura brusca o exanguinación, es necesario un tratamiento urgente.
[9] La reparación endovascular se realiza obteniendo primero un acceso vascular, generalmente a través de la arteria femoral.
[1] Luego, la sangre puede bombearse a través del y evitar que la pared aórtica se rompa.
[8] A partir de este punto se pueden utilizar múltiples métodos, pero los que tienen más éxito permiten la perfusión distal para evitar la isquemia.
[8] Mientras se espera la cirugía, es necesaria una cuidadosa regulación de la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
El esmolol es la primera opción para mantener la presión arterial y la frecuencia cardíaca debido a su breve tiempo de acción, pero si la presión arterial no está dentro del rango, se puede agregar nitroprusiato de sodio como segundo agente.
Otros mecanismos son los accidentes aéreos, la caída desde una gran altura y el aterrizaje sobre una superficie dura, o cualquier lesión que provoque una presión sustancial en el esternón.