A los 13 años ingresó al Seminario Conciliar de Guadalajara, donde estudió Latín.
Posteriormente decide tomar clases prácticas de Farmacia por parte del profesor Jesús Arce.
En 1855 el gobernador José Ignacio Herrera y Cairo le otorgó el título de Farmacéutico.
El mismo año recibió por parte del gobierno de la república mexicana, el grado en Filosofía.
Éstas obras no fueron impresas en formato de libro debido a problemas financieros.
A pesar de su éxito científico pasó sus últimos días en la miseria, al grado que su discípulo, el canónigo Luis Michel, todos los días le dejaba discretamente dinero para subsistir.