Legación

Los embajadores superan en rango a los ministros y tienen precedencia en los eventos oficiales.[1]​ Una república o una monarquía más pequeña solo enviaría un ministro y establecería una legación.[2]​ Por ejemplo, en los años del Segundo Imperio Francés, la Confederación Alemana del Norte tenía una embajada en París, mientras que Baviera y Estados Unidos tenían legaciones.[3]​ La práctica de establecer legaciones fue cayendo poco a poco a medida que la embajada se convirtió en la forma estándar de la misión diplomática.[2]​ Las últimas legaciones estadounidenses restantes, en Bulgaria y Hungría, se elevaron a embajadas en 1966.
Legación argentina ante el Reino de Italia (1905). De izq. a der.: José María Cantilo (secretario), Severo Toranzo (agregado militar), Roque Sáenz Peña (ministro) y el coronel Eduardo Pedro Villarruel .