Legación
Los embajadores superan en rango a los ministros y tienen precedencia en los eventos oficiales.[1] Una república o una monarquía más pequeña solo enviaría un ministro y establecería una legación.[2] Por ejemplo, en los años del Segundo Imperio Francés, la Confederación Alemana del Norte tenía una embajada en París, mientras que Baviera y Estados Unidos tenían legaciones.[3] La práctica de establecer legaciones fue cayendo poco a poco a medida que la embajada se convirtió en la forma estándar de la misión diplomática.[2] Las últimas legaciones estadounidenses restantes, en Bulgaria y Hungría, se elevaron a embajadas en 1966.