Laura Serrano García

Su inspiración: una mujer entrenando en las instalaciones deportivas de la Universidad, mismo lugar en donde comenzó su carrera boxística.

Esta pelea había sido originalmente planeada para llevarse a cabo en la Plaza de Toros México, como preámbulo a la pelea estelar entre Julio César Chávez y Miguel Ángel González, en 1998; sin embargo, para los años noventa en México, todavía estaba en vigor una ley que prohibía el boxeo femenil, situación que impidió la realización de dicho evento.

En el 2007, Laura Serrano, aún con el pesar que albergaba su corazón por no haber tenido la oportunidad de pelear en su tierra natal, se retira del mundo boxístico, sin miras a regresar.

[3]​ Aunada a la poca audiencia del boxeo femenil, la carrera de Serrano se desarrolló en un terreno hostil.

Este decreto presidencial, establecido en el año de 1947, no solo le impidió a la boxeadora combatir en su tierra natal; también acarreó prejuicios para la deportista durante sus entrenamientos y su preparación, así como limitantes durante sus primeras peleas, tales como viajar sin entrenador a sus primeros combates en el extranjero, pues éste podía ser sancionado, o bien, la brecha salarial aún existente por la cuestión de género.