Fue reconocido por su pegada, su poderoso gancho al hígado, el incesante acoso a sus oponentes y una mandíbula extremadamente resistente.
Comenzó en el mundo del boxeo aficionado a la edad de dieciséis años.
Según Chávez, Ávila estuvo protegido por los jueces locales, por lo que decepcionado abandonó el boxeo aficionado y pasó al profesionalismo, dejando una corta carrera en el pugilato de aficionados con solo catorce encuentros sostenidos.
Al final del primer asalto, conectó un golpe que noqueó a Ruiz.
Chávez se impuso por nocaut técnico en el tercer asalto para defender por octava ocasión su cinturón mundial súper pluma del CMB.
El combate entre Chávez y Ramírez terminó cuando un cabezazo accidental abrió la frente de Ramírez y el médico detuvo la pelea; la decisión de los jueces fue por la puntuación que se llevaba hasta ese momento en la pelea.
En su próximo combate, conquistó el título mundial CMB de peso súperligero, al derrotar a Roger Mayweather por segunda vez.
Mayweather no salió de su esquina después del décimo asalto, dándole la victoria a Chávez por retiro.
En 1989, derrotó al futuro campeón Sammy Fuentes por nocaut técnico en el décimo asalto.
En su próximo combate, venció al invicto Alberto de las Mercedes Cortes (44-0) por medio del nocaut en el tercer asalto.
Al llegar el último asalto, Taylor se expone a un intercambio de golpes frontal contra un Julio César que lo superaba en pegada y veteranía y quien lo derribó restándole solo 16 segundos a la pelea.
Así que, el árbitro Richard Steele detuvo la pelea decretando ganador a Chávez con tan solo dos segundos restantes.
[9] Steele defendió su decisión diciendo que su preocupación era la salud del peleador, independientemente de cuánto tiempo le restara a una contienda, dijo: "la detuve porque Meldrick había recibido mucho castigo, muchos golpes bastante duros, y es hora de que se detenga.
En su próxima pelea, se enfrentó al tricampeón mundial Héctor Camacho (41-1-0, 18 KOs), quien ya había perdido su invicto ante Greg Haugen.
y "No hay 130,000 mexicanos que puedan pagar el boleto de entrada."
Julio César respondió diciendo, "De veras lo odio, cuando me mira, quiero vomitar.
Haugen quedó desmentido en ambos casos: 132.274 personas se presentaron, estableciendo un récord de asistencia, y vieron como Chávez lo golpeaba duramente y al instante se retiraba, con la clara intención de castigarlo por sus insultos.
Más tarde ese año, se anotó una victoria por TKO sobre el contrincante clasificado como número uno, Terrence Alli.
Años después, Chávez confesó su frecuente uso de cocaína a partir del año 1993.
En enero de 1994, se enfrenta a Frankie Randall, en una pelea que esperaba ganar fácilmente.
Al final del octavo asalto, Chávez, notoriamente castigado, manifestaba un severo dolor de costillas y presentaba sangrado debido a una profunda laceración en el labio.
Julio César no salió de su esquina al noveno asalto y abandonó la contienda.
En esa pelea, llamada Adiós, México, Gracias, derrotó a su antiguo enemigo, Frankie Randall, por decisión.
También la dio el lugar 50 en su lista de "Los 100 mejores golpeadores en la historia del boxeo"; Jake LaMotta, Marvin "Maravilla" Hagler y Julio César Chávez son considerados entre los boxeadores con la quijada más resistente y más difíciles de derribar que ha dado el deporte.
Entre los campeones del mundo a quien Chávez derrotó se encuentran: José Luis Ramírez, Rafael Limón, Rocky Lockridge, Meldrick Taylor, Roger Mayweather, Lonnie Smith, Sammy Fuentes, Héctor "Macho" Camacho, Juan Laporte, Edwin Rosario, Greg Haugen, Tony López, Giovanni Parisi, Joey Gamache, y Frankie Randall (quién le había arrebatado a Julio César el cinturón y el invicto sólo cuatro meses antes).
Perdió oficialmente contra tres campeones, Frankie Randall, Óscar De La Hoya (en dos ocasiones) y Kostya Tszyu.