Cuando tenía 15 años se inició como aprendiz con Giulio Campi en Cremona; sobre 1549, estuvo trabajando junto a Girolamo Romanino (sobre 1485 – sobre 1566), que se convirtió en su suegro.
En estos años el artista vuelve a trabajar en Brescia con Romanino una serie de frescos perdidos para Santa Eufemia y San Lorenzo en Brescia.
Pintó los retablos de la abadía de San Benito en Polirone, decoró el Palacio Maggi en Cadignano (Lama Mocogno, en colaboración con Giulio y Antonio Campi).
Realizó una Natividad para la iglesia de San Faustino en Brescia.
En 1566, Gambara completó el ciclo de frescos en la iglesia parroquial de San Estefano en Vimercate, con la vida del santo en la parte inferior del ábside y Dios Padre, Cristo, la Virgen y los ángeles en la media cúpula.