La intoxicación se debe al consumo frecuente, en ocasiones casi exclusivo, de almortas (Lathyrus sativus), dado que las semillas de estos vegetales poseen ciertos aminoácidos de efecto tóxico en humanos y otros animales, entre estos últimos muy especialmente sobre los équidos.
Actualmente, con el término latirismo se describen dos síndromes diferentes: uno, cuyos efectos se derivan de alteraciones del sistema nervioso central y que se denomina “neurolatirismo”, y otro, que involucra específicamente a los huesos y otros tejidos conectivos, llamado “osteolatirismo”.
El neurolatirismo está producido por la presencia en la almorta del ácido beta-N-oxalil-L-alfa-beta-diaminopropiónico (también conocido por las siglas ODAP), químicamente semejante al glutamato.
El ODAP desencadena una parálisis espástica irreversible de los miembros inferiores, hiperreflexia espinal y cambios estructurales de los tejidos conectivos esqueléticos.
Debido a la epidemia que se desencadenó en la postguerra española, se prohibió en España el consumo tanto de la semilla como de sus derivados.