Las pirañas aman en cuaresma es una película mexicana dirigida por Francisco del Villar, basada en la novela homónima de Hugo Arguelles.
Aminta (Ofelia Medina) vive en una islita con su madre, Eulalia "Lala" Portela (Isela Vega), una mujer madura, pero atractiva que ha quedado viuda recientemente.
No obstante, las mujeres se consideran a ellas mismas como pobres pero honradas.
Aminta, a escondidas de su madre, posa desnuda para su amante, Raúl (Julio Alemán), un pintor local.
Lala gana una pelea con una mujer (Julia Marichal) que está celosa de su éxito con los hombres.
Solo necesita seis meses más y conseguirá el dinero suficiente para poner un puesto discreto.
Raúl está a poco de acabar el encargo que le había hecho la empacadora.
Al final, Raúl conquista a Lala ofreciéndole algo de dinero.
La madre espera que si Raúl habla al resto de los habitantes del pueblo de cómo son ellas realmente, todos empezarán a respetarlas más, aunque la hija es escéptica a ese respecto.
Raúl se pone a arreglar la valla trasera, pero al hablar con Aminta, se da cuenta de que puede ser tan dura como su madre, lo que lo desorienta.
Él le propone estar juntos y gastar su dinero en ella.
Lala le dice que los hombres no respetan a las mujeres cuando se emborrachan.
Raúl le propone a Aminta no solo casarse, sino escaparse juntos, ya que si se quedan, Lala nunca los dejará en paz, y querrá "compartirlo" con su hija.
Al día siguiente, Lala vigila a Raúl y su hija que están trabajando.
Aminta coge el dinero, pero Raúl se queja de que es poco.
Aminta arrastra el cadáver y va a echarlo al tiburón.
Aminta se pone a hablar con Raúl, que le promete casarse con ella.
Aminta se da cuenta de que Raúl es culpable y orgulloso.