Los restos arqueológicos nos muestran la existencia de un antiguo castro vetton del que se conservan restos de la muralla, y que hubiese sido poblado también en época romana, de la que se conservan estelas funerarias y una fuente romana en el pueblo.
Marina, invocando a la Virgen María, le pidió ayuda para librarse de él.
Acudió el cielo en su auxilio y puso alas en sus pies, logrando huir del guerrero que la perseguía.
El lugar al que llegó Marina a refugiarse está en Aldeadávila de la Ribera, y en un principio se llamaba La Manzaneda, para pasar a llamarse después La Verde.
El etnólogo portugués Abade de Baçal, al igual que González Dávila afirman que la pastorcilla era natural del concejo de Mogadouro.