Estas aguas son aplicables a diferentes tipos de dermopatías, especialmente pruriginosas.
El origen del nombre de Burgas no está muy claro, para algunos autores puede proceder del celta "beru" que quiere decir caliente, pero la etimología más aceptada es la que indica su procedencia del latín "burca" que quiere decir pila, en alusión a los baños utilizados por los romanos como balnearios.
Después de la reforma estuvo en funcionamiento hasta el siglo III d. C. Además del complejo salutífero aparecieron en la década de 1990 en el patio del colegio "San José" y en las traseras de la rúa do Vilar estancias termales típicamente romanas (apodyterium, caldarium, tepidarium, frigidarium), y otras para baños de vapor, masajes, palestra... Al lado de estas construcciones también aparecieron sepulturas tardorromanas del siglo IV d. C.[3] Su uso no desapareció con el mundo clásico siguiéndose usando en la Edad Media protegidas por la Iglesia y el Ayuntamiento.
En la Edad Moderna surten al matadero municipal (siglo XVI) hasta su derribo en 1927.
La composición del agua de las Burgas, según el análisis hecho por los doctores Souto y Vermello en 1990, es la siguiente: