Así, la parte frontal del coche destaca por su peculiar diseño, el cual está inspirado en la mandíbula de un tiburón.
Por otro lado se ha reemplazado la clásica parrilla para la toma de aire y se han instalado unos futuristas grupos ópticos con forma alargadas.
El Lancia Haizea monta como propulsor una combinación de mecánica convencional de gasolina y un motor eléctrico.
De esta forma, en el apartado mecánico cuenta con un propulsor térmico en la zona posterior-central del propio habitáculo del coche, y que tiene como misión imprimir fuerza a las ruedas traseras.
Mientras que dos motores eléctricos son los encargados de proporcionar la movilidad necesaria a las ruedas delanteras, de forma independiente.