Laguna de Ortices (Santander)

La leyenda va así: Cuentan que antes, cuando el pueblo que queda al lado de la laguna, era apenas unas cuantas casas, llegó una joven con su esposo y su hija buscando un lugar donde poder montar un ranchito en la parte plana.

También seducía a las mujeres con sus juncos llenos de flores hermosas, las más hermosas que hayan visto por estas tierras, entonces cuando las mujeres trataban de coger las flores, los juncos las atrapaban y las ahogaban.

Doña Juana se puso brava y sentenció: él es mi hijo, yo lo he criado desde que era un niño, ahora es un hombre que me pertenece, nunca se lo voy a devolver.

Entonces el padre, sin ningún rastro de miedo contestó: si no me das al niño nunca te irás de acá, vivirás siempre en este valle y entre estas montañas.

Aun así, otras personas en el pueblo cuentan que la laguna todavía quiere irse, quiere volver con su esposo y su hija y que por eso, en algún momento se desbordará y saldrá buscando a su familia llevándose a su paso todo lo que se le interponga.

También cabe resaltar la cercanía al cañón del Chicamocha, observable desde varios miradores en la zona, que también se presta para la práctica de deportes extremos.

También se puede apreciar la extracción del jugo en la prensa del trapiche, que se lleva a unos recipientes de cobre llamados fondos, donde se cocina hasta que toma el espesor deseado o punto para sacarlo y batirlo en una canoa de madera.

También como producto derivado de la panela podrá disfrutar del famoso batidillo en sus diferentes preparaciones.