Los lagos de lava son grandes volúmenes de lava derretida, usualmente basáltica, contenida en una boca volcánica, o un cráter volcánico, o una extensa depresión.
Los científicos usan este término para referirse a los lagos de lava derretida o también para aquellos casos en que la lava está parcialmente o totalmente solidificada.
Los lagos de lava pueden formarse de tres maneras distintas:[1] En el mundo, actualmente hay nueve lagos de lava que se mantienen de forma constante:[2]