La mina explotó este valle fértil en lignito desde 1980, hasta extraer 94 millones de toneladas.
En 1985, la compañía lanzaba el primer proyecto de rehabilitación ambiental.
“Una mina tiene que ser sostenible y puede serlo como lo demuestra este paisaje, pero para eso hace falta una actuación planificada desde el primer momento”, explica Roberto González, subdirector de Operaciones de Recursos Naturales de Gas Natural Fenosa.
Así, mientras las máquinas extraían el lignito, se planificaba la reconversión ambiental de las escombreras exteriores, es decir, las zonas donde se depositaba la tierra y las cenizas.
Las áreas rehabilitadas (incluye la aldea de san Andrés) suman 730 hectáreas.