La verbena de la Paloma (película de 1935)
[2] Benito Perojo no quería realizar una obra de teatro, sino una cinematográfica.Contrató como decorador al italiano Fernando Mignoni, quien construyó una calle de 500 metros de largo por la que hizo circular un tranvía tirado por caballos, y como operador al alemán Fred Mandel.La película fue rodada en blanco y negro, a excepción de una escena de la aristocracia que lo hizo en Technicolor, pero dicha escena en la actualidad se ha perdido.[1] La realización del cartel de la película le fue encomendada a Rafael Raga.Un crítico de la revista Fotogramas comentó en 2008 sobre la película que se trata de una «atractiva adaptación de la zarzuela que se ve limitada por su casticismo trasnochado que en ocasiones consigue ser paliado por su sólida reconstrucción y sus buenas interpretaciones».