La opera fue compuesta específicamente para soprano ligera debido a las dificultosas notas sobreagudas y los trinos.En vida de Bellini, la otra gran Diva María Malibrán fue una destacada exponente del papel.La primera mezzosoprano que grabó el papel fue Frederica von Stade en 1980, le siguió recientemente Cecilia Bartoli.non credea mirarti / Sì presto estinto, o fiore" del aria "Ah!Lisa, en realidad, quiere recuperar el amor de Elvino, su antiguo pretendiente, campesino mucho más rico que Alessio, pero prometido ahora de la joven huérfana Amina, a la que la molinera Teresa acogió en su casa dándole su cariño.No soporta que el pueblo entero alabe la belleza y cualidades de su rival Amina.El novio aún no se ha presentado, y a todos resulta extraño este hecho.Un carruaje se detiene en la plaza, del que desciende un misterioso caballero de edad madura.Rodolfo, que así se llama el personaje, se dirige al grupo de los presentes y pregunta si falta mucho para llegar al castillo del conde, señor de aquellas tierras.Admite que estuvo una vez en el castillo, cuyo señor ha muerto hace cuatro años.Rodolfo se ríe de tal superstición, augurando para aquellas tierras la pronta desaparición del espectro.Lisa le dice al extraño que ha sido reconocido como Rodolfo, el hijo del conde largamente perdido, y le advierte de que el pueblo está preparando una bienvenida formal.El conde acepta encantado la visita de la posadera, en la que intuye alguna posibilidad amorosa.En la ventana aparece Amina, que caminando dormida, se imagina como será su boda con Elvino.Se encuentran por el camino con Teresa y Amina, que también acuden a solicitar la ayuda del conde.Pasa entonces Elvino, cabizbajo y ofendido, Amina se acerca hasta él y le ruega que acepte sus explicaciones de honradez, pero él le quita el anillo que le había entregado, y ni siquiera las palabras de los campesinos, que regresan con la garantía de inocencia del conde, consiguen que el joven cambie su actitud, aunque no consigue apartar su imagen de su corazón.Teresa repara entonces en la comitiva y se percata de lo que está sucediendo.Teresa, indignada, muestra a todos el pañuelo que ésta perdió en la alcoba del conde, quien discretamente se queda callado, pero sigue afirmando la virtud de Amina.La joven emprende su sonámbulo paseo; corre el riesgo de caer sobre la rueda del molino, pero se salva; habla en sueños.
Representación de William de Leftwich Dodge,
[
6
]
de 1899.