Todo parece indicar que se trataba de un suicidio.
Sin embargo, los padres de Alex (al igual que otras personas allegadas a ella) aseguran que en realidad fue un homicidio.
El departamento de policía al mando del amistoso y competente comisario Bertil Mellberg es notificado de dichas sospechas e inicia una investigación.
Ambos personajes finalmente se declaran mutuamente sus sentimientos y el resto de la investigación la hacen, hasta cierto punto, juntos.
A cada momento surgen nuevos sospechosos del asesinato de Alex y nuevas teorías son planteadas desechando a las anteriores.