Juan Crisóstomo es visible al fondo en el borde izquierdo: se le representa arrastrándose a cuatro patas, desnudo y con luenga barba.
Allí, la hija del emperador, que se ha perdido, lo encuentra y pasa una noche de amor con él en su cueva.
Al principio su búsqueda es en vano hasta que un día los cazadores localizan a un extraño animal salvaje.
La hija del emperador, que tampoco había sido vista hasta entonces, también fue buscada y encontrada en el desierto.
Sin embargo, mientras los artistas anteriores situaban al penitente en primer plano, Durero se centró en la joven y el niño.
[2] Cranach tampoco sitúa en primer plano al penitente, sino a la mujer, y se centra principalmente en la representación del paisaje.