Es la segunda película del grupo musical mexicano Los Temerarios.
Es el caso de Adolfo, un hombre que ha tenido la mala suerte de enamorarse de una mujer casada a quien su marido trata como un objeto y que además de estar enamorado, Adolfo siente pena por la mujer, puesto que su marido la trata muy mal.
Por su parte, Gustavo le cede, y entrega su corazón a una mesera del Freedom Cecilia adicta a polvo blanco e intenta sacarla del mundo de las drogas que termina internada por una sobredosis.
Mientras el resto del grupo (Carlos Ábrego, Fernando Ángel y Mario Alberto Ortiz) disfruta de romances con reporteras, deportes extremos y espectaculares carreras de coches.
Al mismo tiempo, un antiguo miembro de la banda con gesto permanente de maníaco Ricardo trata de cobrarse una vieja afrenta en un atentado al grupo al iniciar un concierto y termina asesinado por la policía.