La cuestión comenzó a debatirse mientras estaba en marcha una reforma del Código Penal Francés en el Parlamento.
Jean Danet añade que este crimen sin violencia puede ser usado por el estado por razones políticas, contra personas “inconvenientes”: “La incitación de un menor para cometer un acto inmoral puede ser usado por ejemplo contra trabajadores sociales y maestros.
[nota 3] Muchos, dijo él, evitan hacerlo y prefieren que la corte los designe para eso.
Hasta los mismo jueces piensan para sus adentros: si él los defiende, es porque no está realmente en contra de eso”.
Tanto Foucault como Hocquenghem convinieron que el consentimiento es una noción contractual.
Nadie firma un contrato antes de hacer el amor’, dijo Hocquenghem.
“Por supuesto, no decimos que el consentimiento siempre está ahí”.
(…) Se puede confiar en el niño cuando dice que ha sido sujeto, o no, a la violencia”.