La obra surge de la invitación colectiva que tuvo el pintor junto artistas como David Alfaro Siqueiros y Juan O'Gorman de la llamada segunda generación muralista -nacidos entre 1904 y 1926- por el entonces director del Museo Nacional de Historia, Antonio Arriaga Ochoa.
La conquista de Diego Rivera fue una innovación plástica en donde el autor plasmó la superioridad del español ante el indígena.
La patria estará construida por el resultado de estas dos guerras.
La intensidad del colorido refleja la violencia de la conquista.
El artista la consideró una de sus mejores obras y el único con reproducciones, realizó la versión en caballete El abrazo (Jorge González Camarena) en 1980, el año de su muerte.