Como su nombre indica, posee 16 caños, repartidos en tres pilas.
En 1712 una severa sequía azotó la ciudad poniendo en peligro los cultivos y el ganado.
En ese momento el cura del pueblo decidió colocar a la Virgen en la fuente del manantial y poco después el agua empezó a brotar.
Tras este suceso, considerado un milagro la escultura desapareció y muchos meses más tarde, se encontró en el tronco de una morera.
Para evitar que esto volviera a suceder, se construyó una capilla para resguardarla y que no se volviese a perder.