La estrategia del caracol es una película colombiana de 1993 dirigida por el cineasta y director Sergio Cabrera.
[3] Sergio Cabrera y el guionista Ramón Jimeno articulan un mosaico de personajes de diferentes clases sociales e ideologías políticas que se constituyen en representaciones simbólicas perfectamente extrapolables a cualquier otra época y sitio del mundo.
[4] La película es protagonizada por Frank Ramírez, Florina Lemaitre, Humberto Dorado, Fausto Cabrera y Carlos Vives.
[5] La película fue originalmente prevista por Sergio Cabrera como una inspiración basada en una noticia que había leído en un periódico colombiano sobre un desahucio paradójico y atípico.
[7] La película comienza con el periodista José Antonio Samper (Carlos Vives) entrevistando a un hombre (un culebrero llamado Gustavo Calle, interpretado por Luis Fernando Múnera) después de que los eventos de la película hubieran tenido lugar 6 años atrás.
Los inquilinos de La Pajarera se enfrentan con las autoridades que tratan de desalojarlos, bloqueando las puertas y disparando contra los policías que intentan llevar a cabo las órdenes del Juez Díaz (Edgardo Román), quien lleva a cabo la diligencia.
Entre los inquilinos se encuentra Jacinto Ibarburen (Fausto Cabrera), un anarquista republicano español exiliado, de naturaleza intelectual y rebelde.
A medida que se aproxima el plazo, los inquilinos retiran todo dentro de la casa y se han trasladado a las colinas utilizando vagones tirados por caballos, conocidos informalmente en Bogotá como zorras.
La película vuelve de nuevo al periodista José Antonio Samper terminando su entrevista a Gustavo, preguntándole "Todo esto, ¿para qué?".
Finalmente, los inquilinos se muestran reunidos en una colina con una vista panorámica de Bogotá y una bandera colombiana ondeando.
Obtuvo varios premios que permitieron a su director hacer otras películas sobre la sociedad colombiana.
La narración del culebrero a la película da un fuerte carácter simbólico: en seis años, nada ha cambiado, las condiciones de vida en la ciudad siguen siendo tanto o más duras que antes y los desalojos continúan.