[1][página requerida] La Crisis del Gripen fue el primer ejemplo sobre los muchos problemas existentes para desarrollar los cazas del siglo XXI y también un caso de estudio de cómo la perseverancia y la transparencia pueden ayudar decisivamente a superar estas situaciones.
[1][página requerida] Se llevó a cabo la subsiguiente investigación y esta concluyó, que las causas del accidente habían sido el mal tiempo, las severas turbulencias y principalmente, el nuevo sistema FCS (sistema de control de vuelo).
[2][página requerida] Llegados a este punto, la cantidad de dinero gastada en el Gripen era considerable, pero aún existía la posibilidad de cancelar el proyecto, como le había sucedido al caza IAI Lavi fabricado en Israel, y optar por un aparato extranjero, el que más posibilidades tenía era el caza naval F-18, en su versión de base en tierra[cita requerida].
6.2 segundos después, la aeronave terminaba estrellándose en la isla Långholmen causando un incendio y 15 heridos.
Diez días después del siniestro, el SHK publicaba un informe preliminar, en el que se alineaba con la impresión del piloto y afirmaba que, bajo ciertas circunstancias, el control de vuelo podía convertir al aparato en ingobernable.