De hecho, son simplemente las formas en que la mente organiza las sensaciones.
Esta comprensión pura, según Kant, consiste en conceptos o categorías puros que permiten a la mente pensar discursivamente sobre los objetos que se perciben intuitivamente como ordenados en el tiempo y el espacio.
[3] Kant escribió que «para demostrar la realidad de nuestros conceptos, se requieren intuiciones».
Kant prefirió crear arreglos en tablas o listas simétricas y análogas.
Para Kant, los análogos simétricos de los ejemplos empíricos son los esquemas «a priori».
Pero, en el caso de los conceptos puros y sus esquemas, ¿cómo podría hacerse una referencia a las percepciones intuitivas?
Aquí la aparente profundidad del pensamiento y la dificultad de la discusión sólo sirven para ocultar al lector el hecho de que su contenido sigue siendo una suposición no demostrable y meramente arbitraria.