La chica que amaba a Tom Gordon

El título del libro se llama así porque Trisha McFarland, la protagonista de la novela, intenta sobrevivir en el bosque apoyándose en su Walkman, que le permitirá escuchar en sus noches solitarias los partidos de los Medias Rojas de Boston y a su ídolo, el jugador Tom Gordon, que al final caminará junto a ella en su imaginación.

En 2004, fue lanzada una adaptación pop-up del libro, diseñado por Kees Moerbeek e ilustrado por Alan Dingman.

Al terminar de hacer del baño, Trisha trata de alcanzarlos intentando tomar un atajo, pero se resbala y cae por un terraplén empinado y termina perdida sin esperanza, adentrándose más en el corazón del bosque.

Los rescatistas buscan en el área alrededor del camino, pero no tan lejos como ha llegado Trisha.

La niña decide seguir un arroyo por lo que leyó en Little House on the Prairie (aunque pronto se convierte en un río parecido a un pantano), racionalizando que todos los cuerpos de agua conducen eventualmente a áreas habitadas.

No está claro si los signos cada vez más evidentes de eventos sobrenaturales en el bosque también son alucinaciones.

Las horas y los días pronto comienzan a pasar, con Trisha deambulando más por el bosque.