[2] Actualmente se conserva en el Victoria and Albert Museum en Londres.
Las vistas que se reflejan en estos cuadros han cambiado muy poco en casi dos siglos.
Fue John Fisher, el obispo de Salisbury, quien encargó esta pintura a su amigo Constable, siendo también quien escogió la vista desde la que debía pintarse la catedral.
[3] Como gesto de aprecio, Constable incluyó al obispo y a su esposa en el lienzo.
Se pretende así transmitir armonía entre la naturaleza y la obra humana.