"Quizá después de verla podamos pensar en la incomunicación humana, en el tremendo desencuentro entre adultos y niños", escribió Nilsson en 1959.
Albertina no sabe qué le impresiona más, si la indiferencia de la madre hacia sus hijos o el comportamiento de esos niños, precoces, indisciplinados, que por momentos actúan como personas mayores y a continuación muestran actitudes infantiles.
La historia es autobiográfica, salvo que la acción tuvo lugar en la Italia de posguerra.
Beatriz Guido estuvo en Roma haciendo un curso y la pensión en la que se hospedó está retratada en el film.
No hay duda de que esa experiencia la debió marcar.