El dilema que se le plantea a Orín es que si no se va, Kesaian -o Tatsue- no podrán tener otro hijo, otra mano fuerte de ayuda en el campo, y la posible complicación de la sucesión hereditaria.
Es el heredero del estatus y los bienes materiales -evitándose así la división de tierras.
Orín tiene sesenta y nueve años; su marido era Riei y avergonzó a toda su familia al no tener el valor de subir a su madre al monte Narayama, según se narra en el film.
Su principal objeto de esfuerzos es el cultivo del arroz y la patata.
La economía es sumamente ajustada, y una boca más que alimentar resulta inconcebible.
El senecticidio, en cambio, está más estructurado y desarrollado, camuflándose entre las faldas de las creencias religiosas que tienen.