Asimismo, las minas se hallan regadas en todo el flanco sur del nevado Ananea grande.
A lo largo del año predominan las temperaturas frías, con noches gélidas y los días con pocos grados por encima de la congelación.
La extrema altitud hace que el poblador tenga solo la mitad del oxígeno del que se dispone a nivel del mar, lo que hace muy difícil la aclimatación, necesitándose unos 30 días para habituarse, siendo endémico el mal de altura crónico denominado enfermedad de Monge; lo que, sumado a la insalubridad y contaminación minera, afectan gravemente la calidad y expectativa de vida de los rinconeros.
[10] Según un reportaje de National Geographic, el incremento del precio del oro en un 235% entre 2001 y 2009 provocó un fuerte crecimiento en la población local, que alcanzaba los 30.000 habitantes en el año 2009,[12] sin embargo, estos números fueron sobrestimados.
Bajo un sistema de trabajo conocido como cachorreo, ellos trabajan por treinta días sin recibir ningún sueldo.
[16] Se accede al poblado desde la ciudad de Juliaca mediante una buena carretera, en su gran mayoría asfaltada.