Otros investigadores, como Juan Moreno Lázaro, data su origen en la guerra de Flandes, por 1585.
Los tercios son transportados al pueblo de Bulduc, donde llevaron el lienzo y donde celebraron una fiesta en honor a María Inmaculada.
Majada además comenta que La Encamisá nos puede transportar en la memoria a alguna fiesta de la actual norteafricana.
El estandarte recorre unos 20 m y es entregado al mayordomo que monta un caballo atalajado vistosamente para la ocasión.
Todos van cubiertos por una sabana blanca, adornada con finísimas puntillas y en algunos casos por la imagen de María Inmaculada o por estrellas doradas.
Entre una nube con olor a pólvora, la procesión recorrerá las empinadas calles del pueblo.
En las plazuelas se encienden joritañas con las que combatir al frío o simplemente charlar alrededor de ella con los familiares y amigos, en las cuales los niños quemarán sus jachas (haz de gamonita) que con mucho amor y paciencias les han preparado sus abuelos o padres.
Actualmente, la asociación se hace cargo de la mayordomía los años pares, sorteando entre los socios quien será el portaestandarte.
Por la tarde, se realiza el último novenario, y al finalizar, vuelve a salir en procesión la Virgen, pero esta vez por un recorrido distinto, siendo este más largo que el de por la mañana.
Oliva Verde, Paloma blanca, Iris que anuncia paz a las almas.
Ora pro nobis pues tu eficacia, al invencible vence y aplaca.
Haz que tu hijo nos dé su gracia y en ella siempre perseverancia.