La Carpa (Grupo Literario)
La Carpa fue una asociación de escritores y artistas del Noroeste argentino surgida en Tucumán en 1944.Entre sus actividades fundamentales se destacaron la escritura de obras poéticas y el trabajo editorial.Sus figuras centrales fueron Raúl Galán, Manuel J. Castilla, José Fernández Molina, María Elvira Juárez, Nicandro Pereyra, Sara San Martin, Raúl Aráoz Anzoátegui, Julio Ardiles Gray y María Adela Agudo.Desde finales del siglo XIX, a partir del crecimiento de la industria azucarera, Tucumán se convirtió en un importante polo económico que captó la inmigración de población aledaña a la provincia.Nicandro Pereyra definió a “La Carpa” como una “rueda de amigos”, una “calurosa empresa que consistía en un cuaderno y un boletín literarios”.Los boletines, presentados como una “Publicación bimestral” titulada La Carpa, contienen artículos, comentarios, reseñas, ilustraciones y noticias de las actividades emprendidas por los integrantes.El volumen se encuentra dividido en nueve partes en el que cada una corresponde a una selección de poemas que llevan la firma de Julio Ardiles Gray, Manuel J. Castilla, José Fernández Molina, Raúl Galán, María Elvira Juárez, Nicandro Pereyra y Sara San Martín.El prólogo de dicha edición, firmado por Raúl Galán, puede interpretarse como un Manifiesto Poético del grupo.Martínez Zuccardi define dicho prólogo como un “discurso metapoético” en el que el grupo se “inventa” a sí mismo, elaborando y difundiendo una posición de carácter colectivo que evidencia una conciencia sobre la poesía y sobre la responsabilidad del poeta.El prólogo intenta apartarse del pasado y adelanta una propuesta de cambio.Siguiendo a Martínez Zuccardi[7], podemos dividir el cuerpo del prólogo en seis partes diferenciadas gráficamente por espacios en blanco.En ese sentido, los primeros párrafos expresan las dos direcciones que, para “La Carpa”, comprende la poesía: la tierra y el hombre.Por otra parte, la poesía tiene una misión que cumplir en un mundo en crisis: constituye un arma de lucha contra el autoritarismo, las desigualdades y la guerra.Al pensar, en ese contexto, a la poesía como un arma de lucha, se declara asumir un compromiso político, que no se piensa reducido, sin embargo, a mero “arte de combate”.Los autores se definen por su pertenencia al Norte argentino y proclaman su amor por ese sector del país.Parecen ver además en esa pertenencia regional un valor para la práctica poética, pero sólo en la medida en que ella es conjugada con un afán de universalidad.Sin embargo, cuestionan la “desintegración de la conciencia poética” a la que en ocasiones condujo el movimiento surrealista.En otras palabras, significa vivir de acuerdo con los ideales estéticos y políticos de la poesía (belleza, libertad, justicia, paz) expresados al comienzo del prólogo y en parte reiterados al final.Pasado el fervor inicial, comenzó una paulatina dispersión de los miembros del grupo que debilitó la asociación.Raúl Aráoz Anzoátegui, en una entrevista realizada para La Gaceta[10], planteó que, entre los motivos fundamentales de la disolución del grupo, se encontraba la diáspora ocurrida prontamente.En efecto, algunos de los integrantes decidieron abandonar Tucumán para trasladarse a otros puntos del país.Posteriormente, la muerte de María Adela Agudo en 1952 coincidió con las polémicas desatadas entre Nicandro Pereyra y Raúl Galán, hechos que terminaron por sepultar al grupo.