Tenía capacidad para 12.500 personas y las dimensiones del terreno de juego eran 106x70 metros.
El estadio se levantó en la ribera del río Carrión, sobre unos terrenos donde se extraían balastos para las vías férreas, lo que dio nombre al recinto.
A lo largo de su historia el recinto sufrió varias remodelaciones.
El aforo, que en sus primeros años era de 6.000 espectadores, fue ampliándose hasta los 12.000.
Tras 63 años de historia, el estadio fue reemplazado por la Nueva Balastera.