La epopeya de estos esclavos fue llevada al cine en 1997 por Steven Spielberg en la película Amistad.
Unos quinientos africanos habían sido tomados en Sierra Leona y transportados hasta La Habana, Cuba, (entonces colonia española) por el barco negrero portugués Tecora, donde fueron vendidos como esclavos.
No obstante, los africanos fueron engañados, siendo conducidos hacia el norte con rumbo a la costa estadounidense, donde el barco fue avistado repetidas veces.
Luego presentaría una reclamación por escrito bajo la ley de almirantazgo por el salvamento del barco, la carga, y los africanos.
En 1840, una corte federal resolvió que el secuestro de los individuos en su tierra natal, y el posterior transporte, habían sido ilegales.