La solución elegida se plasmó en una serie de viaductos que permitieron sortear los obstáculos encontrados hasta retomar el trazado subterráneo.
Solventado el problema, las obras pudieron continuar en dirección este, hasta llegar a Nation.
Algunas estaciones intermedias, aunque construidas en un tramo ya inaugurado, tuvieron también que esperar a esta última fecha para ser abiertas.
Para no bloquear la red, el convoy fue remolcado con premura por otro tren, que previamente se vació, hacia Nation, terminal de la línea.
Al mismo tiempo, el tren siguiente que iba abarrotado, ya que además de sus viajeros transportaba los evacuados de los dos trenes anteriores, llegaba a Couronnes, estación anterior a Ménilmontant.
En un acto reflejo los viajeros huyeron hacia el otro extremo del andén, alejándose de la única salida existente.
Varias horas después, los bomberos encontrarían los cadáveres de 84 personas muertas por asfixia.
Esto llevó a la progresiva sustitución del material existente en favor de trenes metálicos como los Sprague-Thomson.
Se optó también por crear dos sistemas eléctricos diferenciados, uno para los trenes y otro para las estaciones, evitando así dejar a oscuras las estaciones en caso de corte de luz en las vías.
Estos sistemas eléctricos también se mejoraron creando tramos, de tal forma que cualquier corte no afectara a toda la línea.
Por último se instalaron fusibles en los elementos de tracción para prevenir posibles problemas.
En este punto del recorrido se da uno de los escasos cambios en la línea ya que esta estación fue desplazada ligeramente hacia delante para colocarla en una recta, fuera de la curva en la que inicialmente se encontraba.