Lácares de Atenas

Perdió la esperanza de hacerlo por más tiempo, y huyó a Beocia.

Perseguido por un escuadrón de caballería rápida, esparció algunas monedas de oro en el camino para frenar a sus perseguidores, que le permitió llegar a Tebas.

Cuando Demetrio Poliorcetes tomó esa ciudad, Lácares se ocultó en las alcantarillas, sólo para salir por la noche después de unos días y huir a Delfos.

Una vez más, Lácares permaneció durante varios días en un pozo, con sólo disposiciones suficientes para mantenerse, y esta vez se escapó durante una procesión funeraria disfrazado de mujer de luto que llevaba, un vestido y un velo negro sobre su cabeza.

El geógrafo no da ninguna fecha para su muerte, lo que deja varias posibilidades: o bien murió mucho antes de lo que Polieno cree, o Pausanias se equivoca, o Lacares más tarde regresó al sur, para cumplir con su destino en Beocia muchos años después de su tiranía.