Comenzó a escribir en 2001 y desde entonces recibió varios reconocimientos en el ámbito de literatura venezolana.
La niña de nueve años, ya en Tel Aviv, cambia su nombre a Krina.
Escribe desde pequeña, pero siempre en polaco, mientras su vida diaria transcurre en hebreo y más tarde, en francés.
Después de graduada, Ber comienza su itinerario entre Suiza, Israel y Portugal, hasta que en 1975 parte con su hijo de 10 meses a Venezuela para encontrarse con su esposo, el cual había migrado unos meses antes.
Desde entonces vive y trabaja en Caracas, donde nacerá el segundo hijo de la familia.