Por su tamaño de adulto, no es apto para acuarios hogareños, salvo en sus etapas juveniles.
Estos ejemplares particulares fueron cruzados entre sí y seleccionados para fijar líneas de colores bien definidas.
Se cree que los primeros koi fueron transportados al archipiélago japonés en el año 1820, siendo llevadas a la prefectura de Niigata, en las ciudades de Ojiya y Nagaoka.
[15] Se han vuelto comercialmente muy redituables, pagándose por ejemplares excepcionales cifras asombrosas para un pez.
[19] En algunos países el mantenimiento de carpas koi es rigurosamente controlado, como en Estados Unidos, o directamente prohibido, como en Australia, por temor a que, si escapan al medio silvestre, en algunas generaciones puedan revertir su coloración al fenotipo primitivo y comportarse exitosamente como una especie invasiva.
Los machos presentan en la temporada reproductiva minúsculos tubérculos en la parte exterior de las agallas y en las aletas pectorales.
Luego de la temporada fría, cuando en la primavera el agua supera los 25 °C, la hembra adhiere los pegajosos huevos a las plantas acuáticas, los que prontamente el macho procede a fecundar.
La reproducción artificial mediante inducción hormonal se ha probado como la más eficaz para criaderos comerciales.