Escribió uno de los dos prefacios del Kokin Wakashū; el otro está escrito en chino.
Él decidió expresarse de este modo debido a que el tema central del diario no fue su viaje, sino su lamento tras la muerte de su hija en Tosa.
Posteriormente, la hija fallecida y el lamento sobre su ausencia son mencionados.
Este diario es el más antiguo que se haya escrito en kana.
Es considerado un trabajo excepcionalmente bien escrito y tuvo una gran influencia en posteriores nikki o diarios poéticos.