Jiva (en uzbeco Хива, Xiva; en ruso Хива, Jiva; en persa خیوه, Jiveh) es una ciudad de Uzbekistán situada en el suroeste del país, en la provincia de Corasmia.
Otros nombres que recibe o ha recibido son Jorasam, Joresm, Juarezm, Juarizm, Juarazm, Chiwa, Chorezm, etc. Se encuentra aproximadamente a mil kilómetros al oeste de Taskent, capital de Uzbekistán, y a seiscientos al noroeste de Bujará.
Según la leyenda, Jiva fue fundada en el lugar en el que Sem (el hijo de Noé) cavó los pozos Keivah.
La región, particularmente árida, desarrolló un complejo sistema de irrigación a partir del II milenio a. C. y fue ocupada por diferentes conquistadores: persas, griegos, árabes, mongoles y uzbecos.
Aunque no se conservan muchos de sus antiguos monumentos, la ciudad constituye un ejemplo coherente y bien conservado de la arquitectura musulmana del Asia Central con unas construcciones sobresalientes como la mezquita Djouma, los mausoleos, las madrazas y los dos magníficos palacios edificados a principios del siglo XIX por el Khan Alla-kouli.