[9] Se informó que Gosnell cobraba entre 1600 y 3000 dólares por realizar abortos tardíos después de la semana 23, lo cual es ilegal en Pensilvania.
[12][13][14] Gosnell llegó a realizar abortos hasta el sexto mes de embarazo.
Una joven afirmó que en 1999, cuando tenía 15 años, había ido a ver a Gosnell para realizarse un aborto, pero cambió de opinión después de llegar a la clínica, hecho por el que Gosnell se enojó, por lo cual la golpeó y amordazó hasta que perdió el conocimiento.
Tras despertar se dio cuenta de que le había realizado el aborto contra su voluntad.
[16] En total se presentaron durante el juicio 211 denuncias por violar la ley de consentimiento.
La finalidad del operativo era incautar los narcóticos del establecimiento, ya que se había denunciado que Gosnell usaba fármacos potentes sin la debida supervisión y control médico.
[11] Informes indican que los funcionarios estatales no habían visitado ni inspeccionado el local y las prácticas de Gosnell desde 1993.
Los médicos forenses no pudieron determinar si habían nacido muertos o si también fueron asesinados.
Finalmente fue sentenciado a tres cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional.
[31] Se escribieron varias columnas en periódicos como New York Times, The Atlantic, y Time, donde se opinaba que el caso no estaba teniendo la cobertura que merecía uno de tal gravedad.