[7]El hotel al que la llevó su primer cliente funcionaba como residencia para la comunidad transgénero y trabajadoras sexuales y, fue ahí en donde consiguió su transición de hombre a mujer.
[7]Posteriormente, a los 13 años se realizó una prueba de Virus de Inmunodeficiencia Humana la cual dio positivo; sin embargo, la defensora por los derechos humanos, aprendió a vivir con él.
[8] Kenya empezó a consumir drogas con clientes que buscaban compañía para consumir sustancias o quien les acompañara a fiestas; en consecuencia, su adicción aumentó dejándola en situación de calle por 20 años y sobreviviendo de limpiar parabrisas.
Sus compañeras que también presenciaron el asesinato, presentaron ante el ministerio público al asesino; sin embargo, sufrieron violaciones a sus derechos humanos por ser mujeres trans y que ejercían trabajo sexual.
Desde entonces empezó la lucha por la visibilidad y búsqueda de justicia para sus compañeras asesinadas.
Además se ha encargado de los entierros de sus compañeras trans asesinadas, enfermas o en situación de calle, ella declara que:Al principio lo hacía sola, solita, sin apenas recursos y pidiendo a los sepultureros que por favor cavaran gratis el hoyo.
Con su modelo de reinserción social y autonomía económica busca que este pueda ser replicado en otras partes del país.