Katarina Ivanović

Se la considera la primera pintora serbia de la historia del arte moderno.

Incursionó en pintura de composiciones históricas pero destacó en retrato,[2]​ siendo especialmente conocida por sus autorretratos.

[2]​ Ivanović nació en Veszprém, en el Imperio austríaco, en el seno de una familia de clase media, y creció en Székesfehérvár.

Tras cursar estudios en Budapest, trabajó en Belgrado desde 1846 hasta 1847.

[3]​ En años posteriores, pasó gran parte de su tiempo viajando y viviendo en diferentes lugares, incluyendo París y Zagreb.