Se la considera la primera pintora serbia de la historia del arte moderno.
Incursionó en pintura de composiciones históricas pero destacó en retrato,[2] siendo especialmente conocida por sus autorretratos.
[2] Ivanović nació en Veszprém, en el Imperio austríaco, en el seno de una familia de clase media, y creció en Székesfehérvár.
Tras cursar estudios en Budapest, trabajó en Belgrado desde 1846 hasta 1847.
[3] En años posteriores, pasó gran parte de su tiempo viajando y viviendo en diferentes lugares, incluyendo París y Zagreb.