Está situada a una altitud de entre 480 y 885 metros sobre el nivel del mar, a los pies del Sněžka (con 1602 m es el pico más alto de la cordillera de los Karkonosze y marca la frontera con Chequia), en el valle del río Lomnica, junto a sus arroyos afluentes.
Los orígenes se remontan a pobladores de origen celta en los siglos iv a iii a. C., que acudieron a la región en busca de los abundantes recursos mineros de la zona.
Ya en 1914 había 12 hoteles y varias pensiones.
En 1945, tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, la aldea fue incorporada a Polonia; la población alemana fue expulsada y sustituida por habitantes polacos.
A partir de las décadas posteriores a la paz, se ha desarrollado en Karpacz una importancia creciente de las actividades turísticas y ocio diverso.