Kantemir Balágov

Fue entonces cuando, junto con sus amigos, en Nálchik, rodó una serie web consistente en varios episodios cuya duración individual rondaba los 10 minutos.Balágov no pudo matricularse dentro de plazo, por lo que no pudo optar a una plaza como estudiante de primer año, pero aun así escribió a Aleksandr Sokúrov, pidiéndole que considerara su solicitud.Durante su etapa como estudiante, dirigió tres cortometrajes,[1]​ incluyendo el documental Andriuja (2013), Demasiado joven (2013), su pieza de graduación,[3]​ y Yo, primero (2014).En 2019, Balágov recibió nuevamente el premio FIPRESCI, así como el premio a Mejor Director, por su segundo largometraje, Una gran mujer (Dylda), que también se presentó en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes.Pero necesitan ese dinero, y pronto; tendrán que buscar alguna manera de conseguirlo.[10]​ Tensiones que también se palpan en el microcosmos familiar, demasiado rígido con las nuevas generaciones,[6]​ contribuyendo así a la perpetuación de un malestar generalizado.Es probable que el proyecto del joven director no hubiese podido adquirir esta escala sin el apoyo de su mentor y tutor Aleksandr Sokúrov, quien produjo este filme y que, según Balágov, le dejó "toda la libertad del mundo" y no se inmiscuyó en el proyecto ni impuso su mirada.Allí, Iya se encuentra con Masha (Vasilisa Perelýguina), una soldado que regresa del frente acongojada por la pérdida.[13]​ No extraña que Una gran mujer fuese producida por Alexander Rodnyansky, el productor detrás de otras obras profundamente críticas con el "nacionalismo atroz" presente en Rusia y del que habla Balágov,[6]​ como Elena (2011), Leviatán (2014) y Sin amor (2017), todas ellas dirigidas por el aclamado cineasta ruso Andréi Zviáguintsev.