[3] Debido a su frecuente toxicidad, el uso de kanamicina se ha limitado últimamente al uso oral y tópico.
[2][4] Indicado en el tratamiento de infecciones provocadas por gérmenes sensibles a la kanamicina: Staphylococcus aureus, Proteus, Escherichia coli, Shigella, Mycobacterium tuberculosis, etc.
Eficaz en el tratamiento de mastitis, septicemias, nefritis, neumonías, enteritis, actinobacilosis, tuberculosis (especialmente causado por especies resistentes a la eritromicina),[2] etc.
No se han reportado efectos adversos durante la lactancia materna en niños cuyas madres estén tomando kanamicina.
Al detenerse, en este caso, la traducción, se forma una proteína con una configuración errónea o enteramente diferente.